By: Dr. Wei-guo Zhang, Director of Nutrition Science & Advocacy at DSM China
La frecuencia cardíaca elevada es un factor de riesgo significativo de enfermedad cardiovascular. Existe nueva evidencia que sugiere que los ácidos grasos omega 3, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), reducen la frecuencia cardíaca, particularmente en las personas con riesgo de muerte súbita cardíaca (MSC), como los pacientes con enfermedades de las arterias coronarias. DSM y la Soochow University de China realizaron un nuevo metaanálisis para investigar la eficacia del EPA y el DHA en la reducción de la frecuencia cardíaca, cuando se toman juntos o solos.2
Los omega 3, el EPA y el DHA, están bien documentados en varios estudios por sus beneficios potenciales para la salud cardíaca, como la disminución de la presión arterial, los triglicéridos en plasma y la inflamación. Sin embargo, su papel en la reducción de la frecuencia cardíaca elevada y, particularmente, en la prevención de la MSC, sigue siendo un área nueva. Por ejemplo, en un estudio prospectivo de médicos varones sin antecedentes de enfermedad cardiovascular (ECV) preexistente se descubrió que aquellos que consumían pescado al menos una vez a la semana tenían un menor riesgo de MSC.
Aunque siguen siendo poco claros los mecanismos exactos detrás de los efectos preventivos del EPA y el DHA en la MSC, se cree que se deben a su capacidad para reducir la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca elevada es un factor de riesgo potencial de morbilidad y mortalidad cardiovascular, y en particular de MSC. Por lo tanto, cualquier agente que tenga propiedades para reducir la frecuencia cardíaca, sin efectos secundarios, podría ser fundamental para prevenir la MSC en el futuro.
Dada la evidencia detrás de los efectos protectores del EPA y el DHA contra la MSC, DSM y la Soochow University de China realizaron un nuevo metaanálisis para evaluar su eficacia en la reducción de la frecuencia cardíaca elevada, ya sea solos o juntos.
La mayoría de los ensayos controlados aleatorizados (ECA) hasta la fecha han indicado una reducción de la frecuencia cardíaca con suplementos de EPA y DHA cuando se toman juntos. Este estudio es el metaanálisis más reciente realizado desde 2005. En total, 51 ECA fueron elegibles para el metaanálisis, con aproximadamente 3000 participantes entre 1988 y 2016, un aumento con respecto al metaanálisis anterior, que incluyó 30 ECA y 1678 sujetos. Aunque varios estudios investigaron por separado los efectos del EPA y el DHA, nunca se ha examinado antes la diferencia entre los dos en la reducción de la frecuencia cardíaca.
Los resultados fueron notables; en comparación con el placebo, la suplementación con omega 3 produjo una reducción leve, aunque significativa, en la frecuencia cardíaca. Si bien se observó una reducción moderada de la frecuencia cardíaca en los ensayos con suplementos de DHA, no se observó ningún efecto estadísticamente significativo con el suplemento de EPA. En general, el suplemento de omega 3 redujo la frecuencia cardíaca en 2,23 latidos por minuto (lpm), mientras que el DHA redujo la frecuencia cardíaca en 2,47 lpm.
Los hallazgos del metaanálisis podrían tener repercusiones significativas para la salud pública, ya que estimaron que una reducción de la frecuencia cardíaca de 3,2 lpm corresponde a un riesgo 7,5 % menor de MSC.3 Sin embargo, como todos los metaanálisis existentes mostraron una mayor tendencia de reducción en aquellos con una frecuencia cardíaca inicial más alta, serían beneficiosos ensayos clínicos futuros que comparen el efecto de los suplementos de omega 3 en diferentes niveles de frecuencia cardíaca inicial, particularmente en personas con taquicardia (una frecuencia cardíaca en reposo de más de 100 lpm) o normal-alta.
La implementación de suplementos de omega 3 en las estrategias de salud pública, como parte de una modificación del estilo de vida, podría ayudar a reducir la mortalidad por cualquier causa en las poblaciones generales, así como a disminuir el riesgo de MSC, especialmente en aquellas personas que no tienen una dieta alta en ácidos grasos omega 3. Sin embargo, según investigaciones recientes, los adultos en la mayoría de las regiones del mundo tienen un estado bajo a muy bajo de omega 3, especialmente EPA y DHA.4 El problema también se destaca en un nuevo estudio en el que se descubrió que, dentro de un grupo de médicos de familia de los EE. UU., la mayoría desconocía su propio estado de omega 3, y solo el 5 % tenía los niveles recomendados de omega 3 en la sangre.5
05 January 2018
6 min lectura
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1. K. Hidayat et al., ‘Effect of omega-3 long-chain polyunsaturated fatty acid supplementation on heart rate: a meta-analysis of randomized controlled trials’, European Journal of Clinical Nutrition, 2017. https://doi.org/10.1038/s41430-017-0052-3
2. Ibid.
3. D. Mozaffarian et al., ‘Dietary fish and n-3 fatty acid intake and cardiac electrocardiographic parameters in humans’ J Am Coll Cardiol., vol. 47, no. 3, 2006, p. 478-84.
4. K. Stark et al., ‘Global survey of the omega-3 fatty acids, docosahexaenoic acid and eicosapentaenoic acid in the blood stream of healthy adults’, Progress in Lipid Research, vol. 63, 2016, p.132-152.
5. N.V. Matusheski et al., ‘US family physicians overestimate personal omega-3 fatty acid biomarker status: Associations with fatty fish and omega-3 supplement intake,’ Current Developments in Nutrition, 2017, vol. 1, issue 12.
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