By: Daniel Raederstorff
La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica a la hipertensión como una de las causas más importantes de muerte prematura en todo el mundo; y se prevé una estimación de 1560 millones de adultos con presión arterial alta para 2025.1 El Día Mundial de la Hipertensión, el 17 de mayo, tiene como objetivo concientizar sobre la enfermedad y cómo prevenirla y controlarla. Entre otros enfoques, como el ejercicio, las investigaciones han demostrado que los nutrientes, incluidos los omega 3 (ácido eicosapentaenoico [EPA] y ácido docosahexaenoico [DHA]), la vitamina C, la vitamina D y Fruitflow®, pueden influir positivamente en la presión arterial.
La presión arterial alta, o hipertensión, se define como una presión arterial sistólica igual o mayor que 140 mmHg o una presión arterial diastólica igual o mayor que 90 mmHg. La presión arterial sistólica es la presión máxima en las arterias cuando el corazón se contrae, y la presión arterial diastólica es la presión mínima en las arterias entre las contracciones del corazón. La hipertensión ejerce una presión adicional en los vasos sanguíneos, lo que hace que se debiliten o se bloqueen. Esto puede, a su vez, provocar aterosclerosis, en la que los vasos sanguíneos se estrechan y quedan limitados, lo que podría causar obstrucciones.2
La hipertensión es un factor de riesgo primario de la enfermedad cardiovascular (ECV), que sigue siendo una preocupación importante para las comunidades médicas y científicas, así como para los gobiernos y los consumidores. De hecho, es la principal causa de muerte entre hombres y mujeres en EE. UU.3
Una cantidad creciente de investigaciones han demostrado que aumentar la ingesta de ciertos nutrientes vitales podría formar parte de una estrategia práctica para la reducción del riesgo de hipertensión. Aunque una dieta bien equilibrada es lo mejor para tratar los bajos niveles de nutrientes, también se pueden obtener en el mercado alimentos fortificados y suplementos alimenticios para ayudar a cubrir las brechas nutricionales.
Los estudios han demostrado que el EPA puede ampliar los beneficios de las estatinas en pacientes hipertensos.4 Asimismo, los suplementos de EPA y DHA redujeron significativamente el riesgo de ECV en las personas con niveles séricos elevados de triglicéridos o colesterol LDL.
Un estado subóptimo de vitamina D se ha vinculado con rigidez arterial, que es una causa de hipertensión. En las investigaciones se destaca una reducción del riesgo de hipertensión de hasta un 30 %, observada en personas con un estado de vitamina D suficiente, en comparación con aquellas que tenían un nivel insuficiente.5 Investigaciones muy recientes informan que la combinación de niveles bajos de vitamina D y vitamina K también se vinculó con aumento de la presión arterial y mayor riesgo de hipertensión, y puede desempeñar un papel en la promoción de la salud cardiovascular.6
La ciencia muestra un vínculo estrecho entre niveles altos de vitamina C y la disminución significativa de la presión arterial.7 Estos efectos beneficiosos de la vitamina C están, además, respaldados por la mejora de la vasodilatación en personas con ECV.
Un nuevo estudio ha demostrado que una cápsula diaria de Fruitflow®, un extracto de tomate soluble en agua, tiene efectos beneficiosos sobre la presión arterial. Varios estudios en seres humanos demostraron que Fruitflow® contribuye a un flujo sanguíneo saludable, que puede durar de 12 a 18 horas después de una dosis única, pero durará al menos 24 horas si se toma de forma continua diariamente..8 Esto lo convierte en un ingrediente clave para ser incorporado en alimentos funcionales o suplementos alimenticios.
17 May 2017
6 min lectura
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Para obtener más información sobre el papel de los nutrientes en el mantenimiento de la salud cardiovascular, consulte el informe técnico completo.
1 A Chockalingam et al., ‘Worldwide epidemic of hypertension’, Can J Cardiol. 22(7) 553-555 (2006).
2 World Heart Federation, ‘Hypertension’, http://www.world-heart-federation.org/cardiovascular-health/cardiovascular-disease-risk-factors/hypertension/ (accessed 9 May 2017).
3 World Health Organization, ‘Cardiovascular diseases (CVDs)’, 2016, http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs317/en/, (accessed 9 May 2017).
4 M Yokoyama, ‘Effects of eicosapentaenoic acid (EPA) on major cardiovascular events in hypercholesterolemic patients: the Japan EPA Lipid Intervention Study (JELIS). American Heart Association Scientific Sessions 2005’ November 13-16, Dallas, Texas. Late Breaking Clinical Trials II, 2005.
5 Kunutsor et al, ‘Vitamin D and risk of future hypertension: meta-analysis of 283,537 participants’, Eur J Epidemiol. 28(3), 205-21 (2013).
6 A van Ballegooijen, ‘Joint association of low vitamin D and vitamin K status with blood pressure and hypertension’, Hypertension, 2017.
7 Moran et al, ‘Plasma ascorbic acid concentrations relate inversely to blood pressure in human subjects’, Am J Clin Nutr. 57(2), 213-7 (1993).
8 O’Kennedy N et al, Fruitflow: the first European Food Safety Authority-approved natural cardio-protective functional ingredient, Eur J Nutr 201
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